jueves, julio 07, 2005
He recordado gestos supercariñosos de mi padre para conmigo (de pequeño) que había olvidado por completo.
Y volvieron así...varios y todos juntos.
Los cachetes, "estacionarlos", mi viejo "cuerpeando" a varios malos en un colectivo lleno rumbo a la cancha para protejerme de empujones.
Una carta de los reyes magos!
Las HUMIS, Super Fútbol, el Battle Run!
Y mi vieja...
Esas veladas tan copadas con Oscar y Mercedes (un matrimonio amigo) donde yo me dormía en sus piernas. Ella las movía al ritmo de la música y yo temblaba, pero era lindo, como una mecedora.
Ahí caigo en de quién heredé el gusto por "pasar discos".
Mi viejo era re DJ. Rompía las bolas toda la noche con un artista o disco en particular, y cuando se volvía de cenar, ponía el disco en cuestión.
Se tomaba grappa, ginebra, cognac... se comían unas uvas "maceradas" ("Grappa con uvas"). Se ponía una buena cantidad de grappa en un tupper, luego se colocaban unas uvas y se cerraba el tupper por 1 año!
Cuando se comían esas uvas...en fin!
A veces el after era en lo de Oscar, entonces mi viejo se iba "una corrida" hasta casa a buscar alguna botella, o un disco.
De adolescente (12 ó 13 años), esa tarea (la de ir a buscar cosas) la hacía yo.
Sonaba Zupay, tangos, Mercedes Sosa y jazz.
Se iba a comer el sábado a la noche: Bel´angelo, La Casa de doña Rosario, Blanco, Don Otto (donde se dejó de ir porque aguaban el chopp), Argentino, el Club Mar del Plata (con Divito y su "2 X 1" de cerveza. Servía 2 "lisos" y se tomaba 1). El club Amigos Unidos (que merece un capítulo aparte).
Volví a pasar el año pasado con Andrés. Era invierno. No nos quisieron vender un porrón. Nos fuimos tristes.
Recuerdo las bochas, el truco...
Saviñao y sus contornos! un club gallego donde tocaban Los alegres orenzanos, Los Madrileños. se comía arroz con pollo SIEMPRE.
"La quinta de López". Un paraiso. Cancha de fútbol con arco de verdad(el primero y único para mí por años!)
Correr, jugar entre esas oficinas (era una suerte de complejo de oficinas ferroviarias armadas en una "casa de fin de semana" de los capos ingleses de principio de siglo). Revisar escritorios, con almanaques de minas en bolas debajo de los vidrios.
Jugar con las máquinas de escribir.
A la noche: chopeada! y baile! y escondidas!
Y volver a casa "rendido".
Pero muy muy feliz.
Y mi mamá sigue sentada en el "AFTER" en casa...suena la música de fondo. Ella habla (conmigo en su falda) y yo siento un cadencioso vaivén.
Y me voy durmiendo.
Así...
Así...
Sss...
Y volvieron así...varios y todos juntos.
Los cachetes, "estacionarlos", mi viejo "cuerpeando" a varios malos en un colectivo lleno rumbo a la cancha para protejerme de empujones.
Una carta de los reyes magos!
Las HUMIS, Super Fútbol, el Battle Run!
Y mi vieja...
Esas veladas tan copadas con Oscar y Mercedes (un matrimonio amigo) donde yo me dormía en sus piernas. Ella las movía al ritmo de la música y yo temblaba, pero era lindo, como una mecedora.
Ahí caigo en de quién heredé el gusto por "pasar discos".
Mi viejo era re DJ. Rompía las bolas toda la noche con un artista o disco en particular, y cuando se volvía de cenar, ponía el disco en cuestión.
Se tomaba grappa, ginebra, cognac... se comían unas uvas "maceradas" ("Grappa con uvas"). Se ponía una buena cantidad de grappa en un tupper, luego se colocaban unas uvas y se cerraba el tupper por 1 año!
Cuando se comían esas uvas...en fin!
A veces el after era en lo de Oscar, entonces mi viejo se iba "una corrida" hasta casa a buscar alguna botella, o un disco.
De adolescente (12 ó 13 años), esa tarea (la de ir a buscar cosas) la hacía yo.
Sonaba Zupay, tangos, Mercedes Sosa y jazz.
Se iba a comer el sábado a la noche: Bel´angelo, La Casa de doña Rosario, Blanco, Don Otto (donde se dejó de ir porque aguaban el chopp), Argentino, el Club Mar del Plata (con Divito y su "2 X 1" de cerveza. Servía 2 "lisos" y se tomaba 1). El club Amigos Unidos (que merece un capítulo aparte).
Volví a pasar el año pasado con Andrés. Era invierno. No nos quisieron vender un porrón. Nos fuimos tristes.
Recuerdo las bochas, el truco...
Saviñao y sus contornos! un club gallego donde tocaban Los alegres orenzanos, Los Madrileños. se comía arroz con pollo SIEMPRE.
"La quinta de López". Un paraiso. Cancha de fútbol con arco de verdad(el primero y único para mí por años!)
Correr, jugar entre esas oficinas (era una suerte de complejo de oficinas ferroviarias armadas en una "casa de fin de semana" de los capos ingleses de principio de siglo). Revisar escritorios, con almanaques de minas en bolas debajo de los vidrios.
Jugar con las máquinas de escribir.
A la noche: chopeada! y baile! y escondidas!
Y volver a casa "rendido".
Pero muy muy feliz.
Y mi mamá sigue sentada en el "AFTER" en casa...suena la música de fondo. Ella habla (conmigo en su falda) y yo siento un cadencioso vaivén.
Y me voy durmiendo.
Así...
Así...
Sss...
