últimos días de la víctima

Hay que blanquear, hay que blanquear...


Hoy estaba pensando que, muchas veces, uno se esfuerza por que le guste algo.
Puede ser algún músico, una película, un libro o lo que sea.
Y a veces, hay cosas que hasta queda bien decir que nos gustan. Pero no.
Sabemos que no.

A saber, una pequeña lista personal:

* Pink Floyd: Todo bien con esta gente, pero son esas cosas que no te pueden gustar a medias... no sirve el "y... me gustan unos temas..." no no... acá la cuestión es que, habiendo escuchado muchos de sus discos, no me pega... no sé. Hasta llegó el punto que me guste más "Dub side of the moon", la versión reggae de "The dark side of the moon", que el mismísimo disco de Floyd... algo mal hay ahí.

* The Cure: Acá el tema es diferente. Escuché menos a la banda, me gustan ciertos hits ultra-quemados ("Friday in love", "Boys don´t cry", "In between days", etc...) pero no más.
Y ya no compro esa postura "dark cuarentona" de Robert Smith (gordo, papada flotante, pero con el spray a full).

* Radiohead: En la época de "OK Computer" el que no escuchaba Radiohead, no entendía nada, no existía, musicalmente hablando. OK, yo no lo "compré", ni hoy me gusta. Esa cosa "tragicómica" del cantante... con esa cara...no lo puedo tomar en serio! Y esa voz quebrada made in Vicentico... no.
No compro.

* Virus: LLegamos a las bandas nacionales.
Que eran desenfadados, que influenciaron a todo el mundo, que Moura era un genio. No sé, para mí Virus es "Wadu wadu" (¿?) y lo más pedorro de los 80´s.
Moura tenía carisma, sí.
Como Cucho.

Continuará...

"FAUNA DE SAL"

(Gustavo Cerati en el Anfiteatro Municipal de Rosario)

Sábado 11 de diciembre. Minutos apenas pasan de las 22:30.

Suenan los primeros acordes de "Tu locura" la última incursión "televisiva" de Cerati (igual, me quedo con la de la promo de Quilmes). La gente sólo acompaña meneando la cabeza.

En el diario "más vendido" de la ciudad, días antes, el mismísimo Gustavo adelantaba un show más "rockero", más "guitarrero".
Lo primero que hizo para lograrlo fue armar una propicia lista de temas.
Por eso resurgieron melodías de discos de los primeros ´90´s ("Amor amarillo", "Dinamo").

De los 22 temas, 8 fueron de esos discos contra sólo 6 de "Siempre es hoy", su último trabajo de estudio.
Así, no sorprendió el riff de arranque de "Amor amarillo", tema que abre el disco homónimo, con algo de épico, por que no decirlo.

Sería medio plomo ponerse a desgranar tema por tema.

Pero fue muy interesante ver las reacciones del público ceratiano (gente "cool" si la hay) ante temas decididamente rockeros (al menos, en la ejecución de esa noche).
Yo creí estar en otro espectáculo cuando ví a un par de treintañeros sacudir la cabeza de atrás hacia adelante y visceversa (al mejor estilo "Beavies and Butt-Head") ante algún solo típico de "guitar hero".

Las miradas heladas. Encantadas ante la imagen múltiple de un artista relajado.

Estatuas de sal.

Y allí lo comprendí.
Eso de la fauna de sal incluído en "Lisa", una de sus más bellas canciones (acompañada con imágenes acordes).

Un público petrificado frente a un ícono pop que quizo rockear.

Al menos un ratito.

Como para no petrificarse.

Perlitas: "Pulsar", "Puente" (himno al mútuo agradecimiento artista-espectadores), "Rombos", "No te creo" (con video al unísono) y "Vuelta por el Universo".

"Nos tocó otra linda noche"...
Vaya que sí.

Chequéen esta página con muy graciosas animaciones sobre trailers de películas bastante famosas.
http://www.angryalien.com/

Tenía que pasar por el departamento para ver si habían tirado algún impuesto por debajo de la puerta.
Para tan riesgosa misión, me preparé un porro del tamaño de mi pulgar derecho, cargué el discman y me puse las gafas.
Salí al atardecer.
Luego de recoger los dos sobres que reposaban al pie de la puerta, fui hasta el dormitorio, abrí las persianas, me coloqué los auriculares, y apreté PLAY.
Prendí el porro.
Después de escuchar siete u ocho temas, me levanté de la cama. Cerré la ventana. Fui al baño, apagué las luces y salí de allí.
Luché contra una cerradura que jugaba con mi llave delatando mi estado.
Comencé a caminar de vuelta a casa pensando en las mil noches.
Saqué un cálculo a las apuradas y concluí en que a esta altura de mi vida, ya debo haber salido más de mil noches.
Doblaba como un autómata las esquinas escuchando el disco que saltaba por las irregularidades en la vereda.
En un momento me encontré mirando el cielo. Azul oscuro, casi petróleo. Toda la negrura viniendo del Este.
Y ahí la vi.
Una estrella fugaz.
O una nave espacial de otro planeta.
Un proyecto secreto de la NASA para invadirnos.
Lo pensé dos veces, y la nave espacial o el proyecto secreto de la NASA, para nosotros era lo mismo.
Me incliné por la primera opción: la estrella fugaz.
Pedí un deseo.
Crucé las vías, ya divisaba mi casa.
La última vez que miré al Oeste, el sol acababa de morir.