martes, febrero 24, 2004
Hay de la perforación.
Dolió.
Una sensación extraña.
¿Dónde está el placer de la mutilación, de la flagelación autoimpuesta?
Sólo puedo decir que lo estético tardará en prevalecer por sobre el agudo dolor auricular.
Un clavo, un tornillo, un palito de acero quirúrgico. A esta altura de la molestia, es lo mismo.
"laváte con jabón neutro y Pervinox. Puede tardar tres meses en cicatrizar... depende del cuerpo..."
Auch...
Qué cool que me siento con un piercing en mi oreja!
Ya estoy para ir a bailar a un lugar cool, y hablar con gente cool, y comer comidas cool ("cool" en plural es "cools" o "cooles"???).
Pero ahora que lo pienso, yo voy al Berlín (o el "Berguín" como dice ella), hablo con mis amigos (que definitivamente no son gente cool) y como comida chatarra, milanesas, y guisos de lenteja (siempre odié la cómida tipo sushi).
En fin, todavía me puteo por el dolor que siento y el que sentiré.
Unos hacen terapia, otros se cortan el cuerpo.
Otros, los más zarpados, nos agujereamos las orejas.
Dramas del joven moderno que está al pedo, con dinero y por el centro.
Dolió.
Una sensación extraña.
¿Dónde está el placer de la mutilación, de la flagelación autoimpuesta?
Sólo puedo decir que lo estético tardará en prevalecer por sobre el agudo dolor auricular.
Un clavo, un tornillo, un palito de acero quirúrgico. A esta altura de la molestia, es lo mismo.
"laváte con jabón neutro y Pervinox. Puede tardar tres meses en cicatrizar... depende del cuerpo..."
Auch...
Qué cool que me siento con un piercing en mi oreja!
Ya estoy para ir a bailar a un lugar cool, y hablar con gente cool, y comer comidas cool ("cool" en plural es "cools" o "cooles"???).
Pero ahora que lo pienso, yo voy al Berlín (o el "Berguín" como dice ella), hablo con mis amigos (que definitivamente no son gente cool) y como comida chatarra, milanesas, y guisos de lenteja (siempre odié la cómida tipo sushi).
En fin, todavía me puteo por el dolor que siento y el que sentiré.
Unos hacen terapia, otros se cortan el cuerpo.
Otros, los más zarpados, nos agujereamos las orejas.
Dramas del joven moderno que está al pedo, con dinero y por el centro.
