lunes, noviembre 07, 2005
Cuando los átomos que bailan en mí se aburran y abandonen este cuerpo ¿En qué construcciones se volverán a juntar? ¿Qué palabras vacías volverán a susurrar?
Hacía mucho que no experimentaba el despegue físico.
Esa sutil elevación unos centímetros por encima del pecho. El acelerado ritmo cardíaco, el temblor en las febriles sienes.
Y siempre, al finalizar, la exhalación.
Como para confirmar la vuelta a salvo.